La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard propone –basado en estudios científicos- un plato saludable que incentiva el consumo de cereales integrales y limita la ingesta de productos lácteos. Un dibujo que se ve sencillo. Así es el “plato saludable” que expertos de la Universidad de Harvard pensaron como una recomendación esquemática en torno a los tipos de alimentos más beneficiosos para la salud y aquellos cuyo consumo debiera limitarse.

Aunque la presentación es nueva, el propósito es de larga data: reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de morir por esta causa o por otras enfermedades crónicas asociadas con los malos hábitos de vida.
Así, el plato saludable de Harvard se divide en 4 zonas. La mitad de una comida debe estar conformada por verduras y frutas, un cuarto por granos integrales y otro cuarto por proteínas saludables. Hace ya varios años, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos había levantado la propuesta de un plato dividido en cuatro partes y con los mismos productos.

El plato saludable llama a comer granos integrales y limitar los granos refinados y establece una tajante diferencia entre las proteínas saludables como carnes blancas y frutos secos y las poco saludables entre las que se incluyen el tocino, las cecinas y embutidos y otras carnes procesadas.

Entre los vegetales, margina a las papas por su alto contenido de carbohidratos al tiempo que favorece el uso de aceites como el de canola y oliva, ricos en antioxidantes y Omega 3.

Pero el plato saludable también limita la cantidad de productos lácteos. Uno de sus creadores, el doctor Eric Rimm, explica que ello es porque el alto consumo de ellos –tres o más porciones por día- está asociado a un mayor riesgo de cáncer de próstata mientras que la lactosa se vincula con un mayor riesgo de cáncer de ovarios. Además, asegura, no hay evidencia de que beber mucha leche contribuya, por ejemplo, a proteger de enfermedades óseas como la osteoporosis.